Historia y evolución del Derecho

El derecho, como sistema normativo que regula la conducta social para facilitar la convivencia y resolver conflictos, representa una de las construcciones fundamentales de la civilización. Su origen no puede entenderse como un hecho puntual, sino como un proceso evolutivo que se inicia en las primeras sociedades organizadas, orientadas a establecer un orden que asegurará la paz y la productividad. A partir de este desarrollo progresivo, es posible delinear una trayectoria histórica del derecho que abarca desde sus expresiones más tempranas en las civilizaciones mesopotámicas y egipcias, pasando por la sistematización del derecho romano, hasta llegar a las etapas de codificación moderna.

Los Orígenes del Derecho Escrito: Mesopotamia y Egipto

La transición de la costumbre oral a la ley escrita fue un hito crucial que permitió la preservación, consistencia y aplicación uniforme de las normas. Las primeras evidencias de codificación legal provienen de la antigua Mesopotamia, donde las leyes se inscribieron en tablillas de arcilla.

Entre los ejemplos más conocidos se encuentran:

El Código de Urukgina (c. 2380 a. C.), que buscaba reformar los abusos de poder en la ciudad sumeria de Uruk.


El Código de Ur-Nammu (c. 2050 a. C.), promulgado por el rey de Ur, es el código legal más antiguo que se conserva


El cuerpo legal más célebre de este periodo es el Código de Hammurabi (c. 1750 a. C.), promulgado por el rey homónimo de Babilonia. Inscrito en una estela de basalto, este código compila 282 leyes que regulaban una vasta gama de asuntos civiles y penales. Sus características fundamentales incluyen:

  • La Ley del Talión: Establecía el principio de proporcionalidad en el castigo, resumido en la máxima “ojo por ojo, diente por diente”.
  • Principio de Presunción de Inocencia: Permitía al acusado y al acusador presentar pruebas para sustentar sus afirmaciones.
  • Estratificación Social en la Ley: Las sanciones variaban significativamente según el estatus social de las partes involucradas (hombres libres, semilibres o esclavos).
  • Responsabilidad Profesional: Imponía severas penas a profesionales, como arquitectos o médicos, por negligencia en su oficio que resultara en daños o muerte.

    El código presenta un tratamiento complejo de la mujer; si bien otorgaba ciertos derechos patrimoniales y procesales, su estatus jurídico estaba supeditado en gran medida a su relación con figuras masculinas (padre o esposo), reflejando la estructura patriarcal de la sociedad.

    En el Antiguo Egipto, el sistema legal estaba intrínsecamente ligado a la religión y a la autoridad divina del faraón. El concepto central era la Maat, que representaba el orden cósmico, la verdad y la justicia. El faraón, como garante de la Maat, delegaba la administración de justicia a visires y otros oficiales. El sistema egipcio otorgó a las mujeres derechos notables para la época, como la capacidad de poseer y heredar propiedades, realizar contratos y demandar el divorcio.

    Maat Diosa egipcia de la justicia
    Representación de Maat como diosa alada. Museo del Louvre, París.
    La Sistematización del Derecho en Roma: Un Legado Perdurale

    El desarrollo más influyente para los sistemas jurídicos de Occidente fue el Derecho Romano. A lo largo de casi un milenio, Roma desarrolló un sistema legal complejo y pragmático, caracterizado por un pluralismo de fuentes:

    • Ius Civile (Derecho Civil): El derecho tradicional y formal aplicable exclusivamente a los ciudadanos romanos. Era el núcleo del ordenamiento jurídico romano y representaba el derecho propio y exclusivo de los ciudadanos romanos (cives). Sus raíces se encuentran en las costumbres ancestrales (mores maiorum) y fue formalizado por primera vez en la Ley de las XII Tablas (c. 450 a. C.). Posteriormente, se nutrió de las leyes votadas en las asambleas populares (leges), las decisiones del Senado (senatusconsulta), la interpretación de los juristas (responsa prudentium) y, finalmente, las constituciones imperiales.
    • Ius Gentium (Derecho de Gentes): Un cuerpo de normas más flexible basadas en la equidad, aplicable a las relaciones entre ciudadanos romanos y extranjeros, así como entre extranjeros. A medida que Roma se expandía y su comercio se intensificaba, surgió la necesidad de regular las relaciones con y entre los extranjeros, quienes no tenían acceso al Ius Civile. El Ius Gentium fue la respuesta pragmática a esta realidad. Nació de la práctica jurídica del Pretor Peregrino (praetor peregrinus), un magistrado creado en 242 a. C. para administrar justicia en litigios que involucraran a extranjeros. Este derecho no se basaba en la ciudadanía, sino en la razón natural (naturalis ratio) y en principios de equidad y buena fe que se consideraban comunes a toda la humanidad.
    • Ius Honorarium: Desarrollado por los magistrados, principalmente los pretores, para suplir, ayudar o corregir al ius civile. A través de sus edictos, los pretores adaptaban la ley a las necesidades cambiantes de la sociedad, convirtiéndose en el principal motor de la innovación jurídica. Su fuente era el Edicto del Pretor (Edictum Praetoris). Al inicio de su mandato anual, el pretor publicaba un edicto en el que exponía los principios, fórmulas procesales y remedios que aplicaría durante su año de gestión. Si bien un pretor no podía derogar el Ius Civile, sí podía moldear sus efectos en la práctica.

    El legado más significativo de Roma es el Corpus Iuris Civilis, compilado en el siglo VI d. C. bajo el emperador Justiniano. Esta monumental obra consolidó siglos de leyes imperiales, jurisprudencia y doctrina en cuatro partes (Código, Digesto, Instituciones y Novelas). Su redescubrimiento en la Europa medieval fue el catalizador para el desarrollo del derecho común europeo y sentó las bases para los sistemas de derecho civil modernos.

    La Era de la Codificación Moderna: El Código Napoleónico

    El movimiento de codificación del siglo XIX, impulsado por el renovado interés en el derecho romano y las ideas de la Ilustración, encontró su máximo exponente en el Código Napoleónico de 1804. Esta obra representó una ruptura con el desorden normativo del Antiguo Régimen y estableció un paradigma para los sistemas legales a nivel mundial.

    Sus principales características fueron la claridad, coherencia y accesibilidad. Sintetizó el derecho romano con los principios de la Revolución Francesa, consagrando conceptos como:

    • La igualdad de todos los ciudadanos ante la ley.
    • La garantía de la propiedad privada.
    • La libertad contractual.

    El Código Napoleónico se convirtió en un modelo de unificación legislativa y un instrumento para la consolidación del Estado-nación, y su influencia se extendió por toda Europa, América Latina y otras partes del mundo.

    Conclusión: La Continua Evolución del Derecho

    La trayectoria histórica del derecho, desde las primeras tablillas mesopotámicas hasta las codificaciones modernas, demuestra su papel indispensable como pilar del orden social y la justicia. Cada etapa refleja la evolución del pensamiento humano y la creciente complejidad de las sociedades. El estudio de su historia no solo permite comprender los fundamentos de nuestros sistemas legales actuales, sino también apreciar que el derecho es una disciplina dinámica, en constante adaptación a los nuevos desafíos sociales, tecnológicos y éticos que enfrenta la humanidad.

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    🎧 Evolución Histórica del Derecho: De los Primeros Códigos a la Codificación Moderna

    Referencias

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